Hay tres minerales que son de vital importancia para que las plantas del jardín luzcan sanas y radiantes. Ellos son el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. La carencia de cada uno de ellos puede producir síntomas que si se detectan a tiempo, tienen solución.
El nitrógeno
Es un elemento que le da vigor a las plantas y abundancia de hojas. Cuando hay carencia de nitrógeno se detecta primero en las hojas más viejas, que son las inferiores. En tanto que cuando falta hierro, se puede percibir en los brotes.Se podrá detectar la falta de nitrógeno si las hojas se ven más claras que el color verde pálido, y van tornándose en amarillo, incluyendo las nervaduras.
Aunque la clorosis llegue a toda la planta los síntomas son más evidentes en las hojas viejas. Si la deficiencia continúa las hojas inferiores comenzarán a caer. El follaje no crece y es escaso, aunque puede florecer con cierta abundancia.
En general la planta tendrá un aspecto raquítico y amarillento. Estos mismos síntomas también pueden producirlo los Nematodos, asfixia radicular, daños en raíces y otras carencias, por lo que es posible confundirse al diagnosticar.
La carencia de nitrógeno se puede solucionar aplicando fertilizantes nitrogenados. Sirven los fertilizantes completos N- P-K para plantas verdes o cualquiera que posea bastante Nitrógeno (N).
En los casos en que se desee una acción muy rápida, puede tener buenos efectos el nitrógeno en forma de nitratos, por ejemplo, Nitrato armónico, Nitrato cálcico, Nitrato potásico, entre otros.
Los abonos orgánicos, como el estiércol, el mantillo, compost, guano, humus de lombriz, compost, entre otros, proporcionan Nitrógeno a medida que se descomponen. Por eso es conveniente abonar cada año con alguno de estos productos.
Si por el contrario hay exceso de nitrógeno, se podrá observar un crecimiento exagerado y de color verde intenso. Se forman plantas débiles con tejidos tiernos, y por tanto más propensas a las plagas y enfermedades, al viento, a la lluvia, al granizo y a las heladas. Las plantas abonadas con un exceso de nitrógeno, son más sensibles a las plagas como los ácaros. La floración es escasa por el predominio de muchas hojas y pocas flores.
Las flores se verán incompletas, sin estambres o sin pistilos. Caída de flores y frutos y éstos con un color anormal. También aparece gomosis en árboles frutales, que es la exudación de goma por tronco y ramas. Además se deprime la absorción de Fósforo, Potasio, Cobre y otros minerales de importancia.
Cuando hay deficiencia de Fósforo, se comienza a detectar en las hojas inferiores, al igual que el Nitrógeno, que son más viejas. El color, en tal sentido, es categórico y evidente: las hojas tienen un verde oscuro apagado que adquieren luego un color rojizo o púrpura característicos y llegan a secarse. Además, el número de brotes disminuye, formando tallos finos y cortos con hojas pequeñas.
Se produce un menor desarrollo radicular, menor floración y cuajado de los frutos. En cambio el exceso de este elemento no parece causar daños.
Las causas pueden ser suelos calizos con pH alto, lo que hace que el fósforo se insolubilice en parte, no estando a disposición de las plantas. La cal provoca su bloqueo. En los suelos ácidos, los fosfatos también resultan insolubilizados en forma de fosfatos de hierro.
Soluciones a nuestro alcance.
Este problema se puede solucionar abonando con un fertilizante rico en Fósforo, enterrándolos para que queden más cerca de las raíces, ya que tiene poca movilidad en el suelo.
Todos los abonos completos para plantas con flores, geranios, rosas, entre otras especies, incluyen Fósforo y también son útiles. La fertilización fosfórica debe ser algo más elevada de lo normal en suelos calizos para evitar las retrogradaciones a Fósforo insoluble.
En tanto que los primeros síntomas de carencia de potasio, si es leve, se observa en las hojas viejas; pero cuando es aguda, se ve en los brotes jóvenes, siendo los más severamente afectados, y llegando a secarse. Se reduce la floración, fructificación y desarrollo de toda la planta.
El Potasio (K) aumenta la resistencia de la planta a las enfermedades, a la sequía y al frío; si falta, será más vulnerable a estos agentes. Se puede solucionar utilizando fertilizantes con alta proporción en Potasio, ya sean complejos N-P-K o simples como el Sulfato potásico. Además, en árboles frutales, se puede pulverizar varias veces sobre el follaje con Sulfato Potásico en solución al 2%. Un remedio que sostiene la vitalidad de los cultivos.
El aspecto de la planta se corresponde con el uso y abuso de minerales. Cuando una flor se marchita, hay que cortarla de inmediato. Así, la planta no gasta energía en la producción de semillas y genera una nueva floración.
Abonos invernales
Las plantas lo requieren en esta estación por aquello que no vemos por afuera de la tierra. Antes de los brotes de primavera, se desarrollan otros procesos vitales.
Los Pensamientos son ideales para dar color en terrazas, ventanas o balcones. Algunos florecen hasta bien entrado el invierno.
Conocer los síntomas de las plantas para recuperarlas
La nutrición de las plantas es un aspecto que no hay que descuidar si se quiere tener ejemplares sanos y en todo su esplendor. Conocer los síntomas ayuda a distinguir la carencia de alguno o varios de nutrientes. Para sobrevivir, los vegetales necesitan 13 elementos esenciales que los toman principalmente del suelo. Son imprescindibles y son Nitrógeno (N); Fósforo (P); Potasio (K); Calcio (Ca); Magnesio (Mg); Azufre (S); Hierro (Fe); Zinc (Zn); Manganeso (Mn); Boro (B); Cobre (Cu); Molibdeno (Mo) y Cloro (Cl).
Es conveniente además saber que cuando una planta está mal, además de enfermedades y plagas, otra de las posibilidades a contemplar es que puede ser por la carencia de alguno o varios de los nutrientes. Por ejemplo, si las hojas están amarillas, es síntoma de exceso de agua o de sequía. Pero también podría ser por una deficiencia de Nitrógeno, de Hierro o de Magnesio.
Los Macronutrientes, que son el Nitrógeno (N); Fósforo (P); Potasio (K); Calcio (Ca); Magnesio (Mg) y Azufre (S), las plantas los absorben en grandes cantidades. Mientras que los Micronutrientes, que son Hierro (Fe); Zinc (Zn); Manganeso (Mn); Boro (B); Cobre (Cu); Molibdeno (Mo) y Cloro (Cl), los absorben en menor proporción, aunque ambos son igualmente necesarios. En los suelos están presentes todos ellos en mayor o menor cantidad. Cuando una planta tiene carencia de alguno de ellos muestra distintos síntomas como las hojas amarillas, un crecimiento menor, menos flores, deformación de frutos, entre otras cosas.
Por ejemplo, una de las deficiencias más comunes es la del Hierro, llamada clorosis férrica, que se manifiesta por el amarilleo de las hojas permaneciendo los nervios verdes.
Existen tres razones principales por las que se producen las carencias. Puede ser porque el suelo es pobre, es decir que hay poca cantidad de uno o varios elementos; porque el pH del suelo es alto o bajo y mantiene al elemento insoluble; o porque otros elementos antagonistas lo bloquean.
La planificación previa del jardín ayudará a que la selección de especies otorgue un aspecto particular y único a la sectorización que se busca con un cerco o alambrado.
fuente:
terra
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