Quizás muchos optan por crear su propio jabón con el fin de ahorrar dinero, pero también es una buena idea si lo que queremos es descubrir cómo se hace, y qué opciones tenemos, ya que podemos hacerlo de todo tipo de aromas y sobre todo saber que al ser natural no va a cambiarnos el pH del cuerpo.
El jabón de lavanda es antiséptico, astringente y antibacteriano, por lo que es muy recomendado para mejorar la curación de cortes, dermatitis, eczemas, acné, forúnculos o quemaduras. También sus flores tienen propiedades relajantes, lo cual lo hace el más recomendable para niños y bebés.
Tiene un aroma increíble que perdura a lo largo del día e incluso se puede utilizar para dejarlo dentro del armario y que la ropa huela mejor.
El aceite esencial de lavanda es usado en aromaterapia por sus cualidades relajantes y tranquilizantes en episodios de migrañas, dolores de cabeza, ansiedad, depresión, histeria o estrés.
El aceite de oliva es uno de los hidratantes más efectivos, repara la piel y tiene propiedades antienvejecimiento. Mantiene la elasticidad y suavidad de la piel.
El aceite de coco hará que el jabón sea más espumoso. Limpia, hidrata y nutre hasta las pieles más sensibles, secas e irritadas. Es muy indicado incluso en la piel delicada de los bebés.
El aceite de almendras dulces hidrata y suaviza las pieles secas, alivia la picazón y molestias de las pieles irritadas y secas.
Ingredientes y utensilios para hacer jabón de lavanda
- 300 gr de Aceite de oliva
- 600 gr de Aceite de coco
- 100 gr de Aceite de almendras dulces
- 151 gr de Sosa cáustica
- 389 gr de Agua desmineralizada
- 30 gr de Aceite esencial de lavanda
- Colorante violeta brillante para jabon de aceite
- Colorante blanco para jabon de aceite
- Flores secas de lavanda
- Molde profesional para jabón
- Termómetro
- Gafas de protección, guantes de seguridad y mascarilla
- Cortador de jabón
Elaboración del jabón
1. Nos colocamos las medidas de seguridad y escogemos un lugar con buena ventilación para trabajar. Pesamos todos los materiales por separado para facilitar su uso durante la elaboración. El aceite esencial lo pesaremos en dos recipientes de 15 gramos cada uno. Vertemos la sosa sobre el agua y removemos para que se disuelva. La temperatura ascenderá a 80ºC y deberemos dejar templar hasta que baje a 40-45ºC.
2. Echamos el aceite de oliva y el de coco en un recipiente grande y lo calentaremos al baño maría hasta que estén a 40-45ºC. Cuando ambos productos, agua con sosa y aceites se encuentren a 40ºC echamos la mezcla de sosa sobre los aceites y batimos con la batidora a velocidad suave y sin salpicar. Cuando tengamos una textura tipo puré añadimos el aceite de almendras dulces y seguiremos batiendo un poco más. Repartimos la traza a dos jarras por partes iguales.
3. En una jarra añadimos el colorante claro, en este caso el blanco, y batimos un poco hasta que se rompa la partícula y el color se integre por completo. En la otra jarra echamos el color más oscuro, que en este caso es el violeta, y batimos con la batidora para que salga el color. Por último, vertemos en una jarra 15 gramos de aceite esencial de lavanda y en la otra la jarra los otros 15 gramos. Removemos a mano hasta mezclarlo bien
Nota: en el caso que se quiera hacer solo de color violeta se prepara todo junto en la misma jarra.
4. Vertemos la mezcla de jabón hasta llenar el molde por completo. Mezclamos y alisamos la superficie. Limpiamos los bordes y echamos las flores de lavanda en la superficie para decorar. Tapamos el molde y dejamos endurecer durante 24-48 horas hasta que veamos que el jabón ha cuajado.
5. Desmoldamos el jabón y lo cortamos en pastillas. Lo dejamos saponificar 4 semanas y comprobamos que el pH del jabón es adecuado antes de utilizarlo. En ese momento ya está listo para utilizar.
Si estamos satisfechos con el resultado, la siguiente vez podemos hacerlo en mayor cantidad, multiplicando proporcionalmente sus ingredientes y usando varios moldes o bien un molde de plum-cake. Si usamos este molde, cuando el jabón ya se haya enfriado lo cortaremos en trozos usando un cuchillo, y para su maduración los guardaremos ligeramente separados, para que se sequen bien.
Se recomienda manipular la sosa cáustica con mucha precaución, evitando siempre que haya niños o mascotas cerca. Siempre usaremos gafas de protección, e incluso mascarilla y guantes, debido a que es un material muy corrosivo. Si en algún momento nos cayera sobre la piel podemos aplicar de inmediato un poco de vinagre.
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