Las enfermedades de las plantas pueden deberse tanto a agresiones por parte de bacterias, virus u hongos como a factores físicos y ambientales. Los trastornos fisiológicos se deben a excesos o carencias en lo que respecta a las necesidades esenciales para el crecimiento de las plantas como son los nutrientes, la luz, el agua y el aire.
Los trastornos fisiológicos se combaten principalmente con conocimiento y buena voluntad. Hemos de conocer las necesidades de cada planta y cubrirlas para que pueda crecer y desarrollarse de forma normal. Ofrecerles un medio ambiente favorable y no empecinarnos en cultivar plantas que necesitan climas totalmente diferentes al nuestro, excepto claro está si podemos reconstruir artificialmente dichas condiciones.
Vamos a ver algunos síntomas típicos que nos dirán que una planta está sufriendo un trastorno fisiológico y cómo podemos resolverlo.
Síntoma: Los tallos crecen de manera exagerada. Las hojas más viejas se alargan mucho y las jóvenes no llegan a desarrollarse.
Causa: Falta de luz o exceso de nitrógeno.
¿Qué hacer?: Colocar a la planta en un lugar más luminoso. Disminuir la cantidad y/o la frecuencia de fertilización.
Síntoma: Las hojas más viejas se enrollan y las más jóvenes no se desarrollan bien.
Causa: Exceso de luz.
¿Qué hacer?: Trasladar la planta a un lugar más sombreado.
Síntoma: Los tallos se oscurecen y se acaban pudriendo. Las hojas inferiores se marchitan y doblan.
Causa: Exceso de humedad
¿Qué hacer?: Reducir la frecuencia de riego. Asegurarse de que el orificio de drenaje no está obstruido. Retirar el plato de debajo de la maceta o vaciarlo cuando reguemos.
Síntoma: Las puntas de las hojas se oscurecen y se marchitan. Las hojas inferiores amarillean y caen.
Causa: Riego escaso.
¿Qué hacer?: Regar hasta que salga el agua por el orificio de drenaje. No volver a regar hasta que el sustrato esté ultra seco.
Síntoma: Los bordes de las hojas se encogen y se tornan de color marrón.
Causa: Poca humedad
¿Qué hacer?: Aumentar la humedad ambiental con pulverizaciones regulares sobre la planta o colocar un plato o bandeja con piedras bajo la maceta, siempre utilizar fertilizantes organicos .
Síntoma: La planta no florece o muy poco. Follaje muy denso.
Causa: Exceso de fertilización, sobre todo de nitrógeno.
¿Qué hacer?: No usar fertilizante rico en nitrógeno durante el periodo de crecimiento, esto es a criterio y opcional . No abonar cuando la planta está inactiva.
Síntoma: Las hojas inferiores amarillean y se caen. Las hojas nuevas no se desarrollan y los tallos dejan de crecer.
Causa: Falta de fertilización. fertilizantes recomendados.
¿Qué hacer?: Abonar en la fase de crecimiento.
Síntoma: Las hojas amarillean, se doblan y marchitan.
Causa: Exceso de calor.
¿Qué hacer?: Cambiar la planta a un lugar más fresco. o usar humidificador .
Síntoma: Aparecen manchas amarillas o marrones en las hojas.
Causa: Mojar las hojas con agua fría y utilizar Alg-A-mic 250 ml .
¿Qué hacer?: Al regar usar agua a temperatura ambiente o filtrada
Síntoma: Manchas de color blanco amarillento o marrón en las hojas.
Causa: Quemaduras solares
¿Qué hacer?: Colocar la planta en un lugar luminoso donde no reciba luz directa del sol, sobre todo en las horas de mayor irradiación.
Síntoma: Manchas blancas en la superficie del sustrato o en los laterales de la maceta. Las hojas que tocan el borde de la maceta se pueden marchitar y pudrir.
Causa: Acumulación de sales de fertilizantes.
¿Qué hacer?: Poner las macetas a remojo durante media hora para que las sales se diluyan. Dejar que drenen correctamente.
Síntoma: Las raíces salen por los orificios de drenaje. La planta se marchita o produce sólo hojas pequeñas.
Causa: Maceta demasiado pequeña
¿Qué hacer?: Trasplantar a una maceta más grande entre 11 lt y 18lt .
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