Cultivar manzanilla en casa en macetas o containers es una actividad muy gratificante y puede ser una excelente manera de iniciarse a la hora de empezar un jardín o huerto, porque la manzanilla es una planta rústica que no requiere de grandes conocimientos o experiencia para ser cultivada.
La manzanilla o camomila, Chamaemelum nobile y Matricaria chamomilla, es una planta medicinal cuyo uso está muy extendido debido a sus propiedades y beneficios para la salud. ¿Qué mejor que plantar manzanilla ecológica y tenerla siempre a mano?
La manzanilla es una planta herbácea perenne originaria de la zona del Mediterráneo y pertenece a la familia botánica de las Asteraceae o Compuestas, igual que la Stevia, la lechuga o la caléndula.
Vamos a ver cuáles son los cuidados para el cultivo de la manzanilla y sus usos más comunes en remedios caseros y para el huerto y jardín.
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Cultivo de la manzanilla
Siembra: para sembrar semillas de manzanilla colócalas a una profundidad que sea el doble o el triple de la propia semilla. No entierres las semillas más profundo porque sino se dificulta la germinación. Cubre con un poco de tierra, presiona ligeramente y riega con cuidado. En unos 15 días más o menos empezarán a brotar las plantas. Es importante mantener la tierra con cierto grado de humedad (sin pasarse) para favorecer la germinación y el crecimiento de la plántula.
Otra manera de empezar en el cultivo de la manzanilla es adquirir plantones de manzanilla ecológica y trasplantarlos. Es mucho más rápido y fácil que sembrar las semillas.
Sustrato: la manzanilla crece muy bien en sustratos con buen drenaje, que no se apelmacen. No es necesario que la tierra sea especialmente rica en materia orgánica y con agregar un poco de humus de lombriz o compost una vez al año es suficiente.
Maceta o container: para cultivar manzanilla usa maceteros con una profundidad de entre 20 y 30 cm. Para cada planta, deja un espacio de unos 25 cm².
Clima: es una planta que podemos ubicar en el exterior como por ejemplo en terrazas y patios perfectamente en zonas con climas templados. En lugares con clima frío se puede proteger de heladas y viento metiendo las macetas en casa o bien en un pequeño invernadero.
Luz: la manzanilla prefiere estar a pleno sol. Le gusta la luz y es preferible reservar un espacio con buena iluminación para nuestra manzanilla. Si no es posible ubicar a la planta en un lugar soleado, no te preocupes, también podrá crecer en semisombra, aunque el desarrollo de la planta puede ser más moderado que estando a pleno sol.
Riego: es preferible regar de menos que pasarnos con el agua. Esta planta aromática puede aguantar mejor la falta de agua que el exceso. Puedes optar por el riego por goteo o bien simplemente poner unas bandejas o platos debajo de la maceta e ir echando agua en ellos para que la propia planta absorba el agua que necesita. Cuando se ha agotado el agua de la bandeja vuelve a echar cuando notes que la tierra de la maceta está seca.
Plagas y enfermedades: las más comunes son los trips y los pulgones, especialmente durante primavera, verano y otoño.
Cosecha: cuando la planta empieza a florecer es buen momento para cosechar. Cortaremos las flores únicamente que es la parte de la planta que se utiliza para elaborar infusiones. Si quieres almacenarla, deja que se sequen durante unos días en un lugar con poca luz, seco y bien ventilado. También puedes usar las flores frescas.
Para elaborar purín u otros preparados para el huerto o jardín puedes cortar la manzanilla a una altura de 10 cm y dejarla que vuelva a brotar.
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Propiedades y usos de la manzanilla
La manzanilla o camomila es una planta medicinal que se ha utilizado tradicionalmente en culturas antiguas como la romana.
¿Para qué es buena la manzanilla? Esta planta medicinal tiene acción:
- Antiséptica
- Digestiva
- Analgésica
- Antiinflamatoria
- Hepatoprotectora
- Antiulcerosa
- Diurética
- Antiespasmódica
- Carminativa
- Antiácida
- Astringente
Principalmente la manzanilla se toma de forma oral preparándola en infusión, aunque también se puede usar de manera externa y local aplicando emplastos o ungüentos.
ºº Cómo hacer infusión de manzanilla: Toma una cucharadita de flores de manzanilla seca (o cucharadita y media si usas las flores frescas) y ponlas en una taza. Añade agua muy caliente, casi hirviendo y tapa la taza. Deja reposar durante 5 minutos y después lo cuelas. Bebe la infusión poco a poco según se va enfriando.
Esta infusión también la puedes usar de manera externa aplicándola sobre la piel para, por ejemplo, limpiarla y combatir el acné, también se puede usar para aclarar el cabello e incluso para las hemorroides haciendo baños de asiento o aplicándola con una gasa.
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ºº Purín o macerado de manzanilla: si tienes un huerto o un jardín (ya sea en macetas o en el campo) el purín o el macerado de manzanilla viene muy bien para fortalecer las plantas y prevenir y combatir enfermedades por hongos.
Pon a calentar 5 litros de agua y cuando esté hirviendo añades 50 gramos de manzanilla fresca. Tapa y apaga el fuego. Deja reposar durante 8 horas.
Después se cuela y se aplica directamente como agua de riego y como spray sobre la parte aérea de las plantas a última hora de la tarde.
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