¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es uno de esos trastornos de causa desconocida pero de síndrome altamente discapacitante que, precisamente por desconocerse su etiopatogenia (causas), sumado a la falta de tratamientos específicos eficaces, a la medicina le ha costado reconocer como enfermedad. Recientemente acaba de publicarse un estudio de tipo “naturalista” (observacional) realizado en Barcelona, en el que se han evaluado los beneficios percibidos de la automedicación con cannabis en un grupo de mujeres que padecen esta enfermedad. Se trata de uno de esos raros estudios científicos cuyos resultados pueden ser de inmediata utilidad clínica tanto para los pacientes como para los médicos.
Se piensa que la fibromialgia es un trastorno de origen neuropático, esto es, que está causado por una alteración en el sistema nervioso. Si bien hay distintas teorías que tratan de aproximarse a la explicación de las causas, hoy en día está unánimemente asumido que se trata de una enfermedad de origen orgánico, con causas físicas reconocidas a pesar de que no existan, de momento, marcadores clínicos en los que pueda basarse un diagnóstico y éste se realice basándose únicamente en las manifestaciones clínicas que refieren los pacientes. Estas teorías van desde una desregulación de los sistemas de neurotransmisión (principalmente dopamina y serotonina), hasta una disfunción en los mecanismos fisiológicos de la regulación del estrés (lo que se conoce en jerga médica como eje hipotálamo-hipofisiario-adrenal).
Tratamiento con Cannabis
Puntos de sensibilidad de la fibromialgia
Otras teorías explican los síntomas por una alteración del sistema inmunitario. Sea como fuere, el tratamiento con cannabis parece encajar con cada una de estas teorías, ya que, por ejemplo, se sabe que el sistema endocannabinoide está implicado en funciones fisiológicas que incluyen la regulación de los sistemas dopaminérgicos y serotoninérgicos, en la regulación de la respuesta fisiológica de estrés y, además, el sistema inmune está ricamente poblado de receptores CB2, por lo que es altamente influenciable por los cannabinoides, tanto endógenos como exógenos. De hecho, el principal síntoma de la fibromialgia es un bajísimo umbral al dolor y la sensación subjetiva de dolor está mediada, entre otros, por estos tres procesos fisiológicos mencionados, por lo que, independientemente de cuáles sean las causas, resulta coherente pensar que el tratamiento de la fibromialgia con cannabinoides puede ser una opción terapéutica a contemplar. Máxime cuando otros trastornos que también cursan con dolor neuropático y que tienen como base etiológica alteraciones inmunitarias, como es la esclerosis múltiple, son tratados con cannabinoides (el Sativex, el primer fármaco comercializado basado en extractos de cannabis, ha sido recientemente autorizado en España precisamente para el tratamiento de la esclerosis múltiple).De hecho, hay todo un variado grupo de síndromes clínicos funcionales para los que no se ha encontrado por el momento una explicación médica clara, como son la migraña o el colon irritable, y entre los que se encuentra la fibromialgia, y en los cuales el tratamiento con cannabis se ha mostrado útil en algunos pacientes. Por ello, el investigador Ethan Russo ha propuesto como explicación que la causa común de estos trastornos se basa en una desregulación del sistema cannabinoide endógeno (https://es.scribd.com/doc/43672268/Clinical-Endocannabinoid-Deficiency-CECD-Russo), lo cual si bien de momento no es más que otra hipótesis más de explicación de estos síndromes clínicos, debido a que comparten un cierto nivel de eficacia en el tratamiento con cannabis, de momento parece la idea más plausible. Otros síntomas propios de la fibromialgia, aparte del dolor, que como se ha dicho es el síntoma principal, son cansancio crónico, rigidez matutina, sueño constante y problemas afectivos.
El estudio en cuestión, desarrollado desde el Institut Municipal d’Investigació Mèdica de Barcelona, se ha publicado en la revista científica de acceso gratuito PLoS One(https://www.plosone.org/article/info:doi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0018440).
Estudios y estadísticas al respecto
Participaron en él un total de 56 mujeres, con una media de 50 años de edad, aquejadas de fibromialgia, de las cuales la mitad (28) tomaban cannabis con fines de automedicación y la otra mitad no. Todas las mujeres tenían un grado de enfermedad entre moderado y severo de acuerdo con los criterios del Colegio Americano de Reumatología. Las mujeres fueron reclutadas en quince asociaciones distintas de pacientes aquejados de fibromialgia y de un club de consumidores de cannabis, todos de Barcelona. Ambos grupos estaban equiparados en variables sociodemográficas, en manifestaciones clínicas de la enfermedad (tipos de síntomas sufridos) y en tratamientos farmacológicos recibidos tanto alopáticos como basados en medicinas complementarias. El 40% de las mujeres del grupo cannabis tenía una historia de consumo de menos de 1 año; el 32%, de entre 1 y 3 años, y el restante 29%, de más de 3 años. Solamente 8 mujeres de las 28 habían consumido cannabis con fines recreativos previamente a tener la enfermedad. Todas las pacientes consumían marihuana: el 54% la fumaba, el 46% la consumía cocinada y el 43% combinaba ambas prácticas. 11 mujeres tomaban a diario; 5, entre 2 y 4 días por semana; 3, menos de 2 días por semana, y 8, sólo ocasionalmente. Cada toma implicaba entre 1 y 2 cigarrillos para las mujeres que lo fumaban y en una cucharada cuando era comida. 12 mujeres fumaban 1 cigarrillo de marihuana por día; 5, entre 2 y 3, y 3, más de 3 por día. Respecto a las fuentes de suministro, 14 mujeres conseguían la marihuana a través de la familia y los amigos; 7, del mercado ilícito; 5, proveniente de autocultivos, y 2 se proveían en una asociación de consumidores. De entre todas las mujeres del grupo cannabis, 19 tenían informados a sus médicos acerca de sus consumos. Por último, 19 (68%) de las mujeres del grupo cannabis refirieron haber disminuido los tratamientos farmacológicos de prescripción médica gracias a la automedicación con cannabis. Las pacientes que usaban cannabis como automedicación lo utilizaban tanto para aliviar el dolor como para reducir los demás síntomas asociados a la fibromialgia.
A ambos grupos se les administró una serie de escalas para evaluar el grado de severidad de la enfermedad: el “Cuestionario de impacto de la fibromialgia” (https://www.institutferran.org/documentos/FIQ_espa%C3%B1ol_IFR.pdf), el “Índice de calidad de sueño de Pittsburg” (https://www.drmonteverde.net/files/GMM_2008-…pdf) y un cuestionario de calidad de vida llamado “SF-36” (https://www.chime.ucla.edu/measurement/SF-36%20Spain.pdf). Además, a las mujeres del grupo cannabis se les pidió que indicaran, en una escala de 1 a 5, el alivio percibido por el consumo de cannabis en una serie de síntomas: dolor, problemas de sueño, rigidez muscular, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, dolores de cabeza, cansancio, cansancio matutino y trastornos digestivos. Las pacientes refirieron alivio en casi todos estos síntomas en proporciones que iban desde el 81% para los trastornos del sueño hasta el 14% para el dolor de cabeza. Ninguna mujer puntuó en empeoramiento de síntomas secundarios al consumo. También se les pidió que puntuaran de 0 a 100, dos horas antes y dos horas después de consumir, el alivio en una serie de síntomas: dolor, rigidez, relajación, somnolencia, bienestar. Para todos estos síntomas hubo una mejoría significativa comparando las puntuaciones tras dos horas después del consumo en relación con las dos horas previas al mismo. Por último, de las tres escalas arriba mencionadas administradas a todas las pacientes, sólo en la subescala “salud mental” del SF-36 hubo diferencias entre los grupos, siendo mejor la puntuación para el grupo de cannabis, lo cual implica que los beneficios subjetivos referidos no se manifiestan necesariamente en una mejora clínica. Futuras investigaciones deberán dilucidar, pues, si el beneficio referido por las pacientes con fibromialgia automedicadas con cannabis es relevante desde un punto de vista clínico.
Cannabis vs Tratamientos farmacológicos
Un cerebro sano en comparación con el cerebro de un paciente que sufre de fibromialgia
En resumen, se trata de un estudio naturalista, lo cual tiene sus limitaciones intrínsecas a la hora de extraer conclusiones definitivas, pero a la vez una alta validez ecológica, en el sentido de reflejar bien la cotidianeidad de las pacientes con este tipo de patología. Conviene destacar, en cualquier caso, que las pacientes del grupo cannabis eran refractarias a tratamientos habituales y que habían llegado al cannabis como última opción. Sería interesante investigar si, en mujeres con la enfermedad menos resistente al tratamiento, el cannabis podría ser de mayor utilidad que los tratamientos farmacológicos al uso, que tiene mayores efectos secundarios. En cualquier caso, el hecho de que gracias al consumo hubieran reducido otras medicaciones, no manifestaran sufrir efectos secundarios importantes secundarios al consumo y subjetivamente percibieran un alivio en la mayoría de los síntomas sufridos, teniendo en cuenta que las medicaciones al uso muestran poca eficacia en el tratamiento de los síntomas, encontrar algún tipo de alivio a un coste fisiológico despreciable puede suponer ya por sí solo un gran avance en el tratamiento de su enfermedad. Y ya, en otro orden de cosas, estudios como éstos permitirán en el futuro esclarecer si enfermedades como la fibromialgia se deben a una desregulación del sistema endocannabinoide y así ganar en conocimiento acerca de la etiopatogenia de esta altamente discapacitante enfermedad.
Fuente: https://sensiseeds.com/es/blog/cannabis-y-fibromialgia/
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