Algo que a todos nos suele ocurrir es que muchas veces vamos con prisa. Hacemos la compra y dejamos los alimentos de cualquier forma pensando que, solo por estar refrigerados, van a perdurar en buenas condiciones. No obstante, esta regla no siempre se cumple.
Es necesario pues conocer las características de cada alimento y saber a qué espacio concreto de tu refrigerador puede ir y de qué manera. Es un “arte” curioso y práctico que te invitamos a descubrir en el siguiente artículo.
¿Tomamos nota?
Consejos para que tu comida dure en perfectas condiciones en tu nevera
Estamos seguros de que en más de una ocasión te habrás llevado algún que otro susto: el queso lleno de moho, un vegetal que ha germinado, la carne con una tonalidad verduzca…
A todos nos ha pasado y de ahí que hayamos buscado otras alternativas más eficaces para conseguir que esa inversión diaria que hacemos en nuestra cesta de la compra sea útil y nos permita poder alimentarnos sin correr el riesgo de sufrir algún tipo de intoxicación.
Hemos de tener en cuenta que, aunque el frío de la nevera retrase la aparición de estos microorganismos nocivos, no evita que tarde o temprano acaben apareciendo. Por ello, nos será de gran utilidad conocer los siguientes consejos.
Controla la temperatura de tu refrigerador
En ocasiones, un apagón o una tormenta puede detener la cadena del frío de nuestra nevera y propiciar de inmediato la aparición de microbios. Es algo que debemos controlar.
Es importante que la nevera no supere los 4 grados centígrados.
En el cajón de las verduras, es recomendable que no baje nunca de los 0 ºC, o corremos el riesgo de que se congelen.
Cuando vayas a la compra, procura también que no pase demasiado tiempo hasta que los refrigeres de nuevo, porque romperíamos la cadena del frío.
Otro aspecto importante es que no debemos introducir los alimentos calientes en el frigorífico. Esto provoca un aumento innecesario de la energía de la nevera.
Cuida también de no taponar las salidas de aire de tus electrodomésticos, algo esencial en el caso de la nevera.
Cada alimento tiene su propio rincón en la nevera
Merece la pena invertir un poco de tiempo para organizar de forma adecuada los alimentos de la nevera. No debemos cometer el error, por ejemplo, de dejar los huevos en el cajón de las verduras, o la carne en el cajón intermedio.
Aquí van unos pequeños consejos que, de seguro, ya conoces:
En la parte más baja de la nevera, como ya sabemos, tenemos el congelador, un espacio destinado a los alimentos que necesitan más frío, como puede ser la carne y el pescado. Es importante que cuando hagas la compra no tardes demasiado en introducirlos aquí.
En los cajones de las verduras, tal y como te hemos señalado antes, la temperatura nunca debe bajar de los 0 ºC. También es importante que las saques de la bolsa de plástico en que suelen venir, porque se humedecen y se estropean mucho antes.
Los lácteos deben ir en la parte central de la nevera, a una temperatura de entre 4 y 5 ºC.
Los huevos y alimentos envasados se conservan mejor en las zonas menos frías de la nevera, como puede ser la parte alta.
Puesto que la puerta suele estar expuesta a cambios constantes de temperatura, es una zona ideal para colocar bebidas, la mantequilla, o salsas (nunca pongas aquí la leche o los huevos, porque perderán su frescura).
Las verduras y el gas etileno.
Un aspecto curioso que debemos tener en cuenta es que determinados alimentos, como pueden ser los vegetales, liberan un tipo de gas capaz de hacer que el resto de alimentos de la nevera se degraden mucho antes.
Para evitar esto, suelen vender una especie de “huevos de plástico” que contrarrestan ese exceso de gas etileno con otro gas. Es algo económico que permite que la comida dure más. ¡Vale la pena!.
Consejos interesantes
Las patatas durarán más y no germinarán si las ponemos junto con las manzanas.
Los famosos “tupper” de plástico no son muy recomendables. Los alimentos se conservan mejor en recipientes de cristal.
Si untas los quesos con un poco de mantequilla no se resecarán.
Para conservar las fresas puedes ponerlas en un recipiente con un vaso de agua y una cucharada de vinagre de manzana.
Las cebollas y cebollines se conservan muy bien si los cortas a trocitos y los pones dentro de un recipiente de cristal en el congelador.
Los plátanos se conservan mejor si en su parte superior (ahí donde se unen) los envuelves con un poco de papel film.
Si envuelves las lechugas con una servilleta de papel duran mucho más.
Las setas se conservan mejor en bolsas de cartón.
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