En EEUU se están dando casos de cargamentos de marihuana retirados del mercado por estar contaminados con químicos. La falta de regulación en los pesticidas y fertilizantes hace imposible determinar qué productos se pueden usar y cuales no. El cannabis sigue estando prohibido a nivel federal, y por tanto no se pueden establecer una regulación de las agencias estatales de alimentos.
Como no existe regulación sobre los químicos para el cannabis puede parecer lógico pensar que utilizar los que están aprobados para los cultivos agrícolas comestibles no debería traer problemas. No obstante esto no es así porque el cannabis no sólo se consume por vía oral, sino que mayoritariamente se fuma, además de vaporizarse y utilizarse en productos para la piel.
Así pues los químicos que se usen deben ser seguros para los tres métodos de consumo: inhalado, ingerido y absorbido por la piel. La falta de regulación también hace imposible el etiquetado de la marihuana como orgánica o ecológica, pues estos certificados también son responsabilidad de agencias o instituciones federales.
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