Si tienes “miedo a las ondas”, al wifi y a los móviles, porque has oído que dan cáncer de muerte o sufres de “hipersensibilidad electromagnética”, tengo dos cosas que decirte:
a) Lo tienes crudo.
Y no sólo porque en España haya más móviles que personas, 14.400.000 hogares con un router, 42.000 kilómetros de líneas de alta tensión y más de 5.000 subestaciones eléctricas. No, lo estás retroactivamente porque, desde al menos el año 1923, el gobierno conspira contra ti. Con algo llamado “radio”. Desde entonces (en realidad desde antes: la abuela del wifi se llamaba “telegrafía sin hilos”), ondas electromagnéticas invisibles atraviesan cada segundo el territorio nacional, causando a su paso enormes cantidades de aterradora NADA. También hay un montón de ondas electromagnéticas visibles de las que no puedes escapar a no ser que bajes las persianas, desconectes la corriente de tu casa y te tapes con mantas: se llaman luz.
b) Pero no tienes motivos para estarlo.
Hay un número tan complicado de pruebas científicas apropiadas sobre la relación entre tumores cerebrales y teléfonos móviles que los humanos tardamos bastante tiempo en inventarlo. Se llama cero. Por contra, cada vez contamos con más información sobre lo contrario: que usar móvil no causa cáncer. La última prueba es bastante indiscutible, puede arreglar por sí sola una de las mayores meteduras de pata de la Organización Mundial de la Salud...
Y viene de Australia. Que es un país interesante, y no sólo porque esté lleno de cosas vivas que sí quieren matarte por tierra, mar y aire, incluyendo plantas. Sino porque allí es obligatorio, por ley, llevar un registro de todos los casos de cáncer desde 1982. Es decir, nos da una muestra de decenas de millones de casos, en vez de estudios ridículos. Y lo que han comprobado al investigar 29 años de cánceres es que el uso del móvil no aumenta la incidencia de tumores cerebrales. Siguiendo además el esquema mental de los defensores del “móvil igual cáncer”, apoyados en estudios que afirman que el uso del móvil doble o triplica el rieso de sufrir cáncer.
Es una lógica fácil de seguir: si tienes todos los casos de cáncer desde 1982, y todos los datos de uso de la red móvil desde 1987, puedes ver la evolución de los casos. Sobre todo teniendo en cuenta que a principios de los años 90, los usuarios de móvil no llegaban ni al 10%, y en 2012 ese porcentaje era el de la gente que no usaba móvil. Si hay algún tipo de relación, no ya de ese extra brutal de cáncer, sino de alguna relación, por endeble que sea, tendría que aparecer en un país en el que esconder el diagnóstico de cáncer es ilegal. Y. No. Es. Así.
Australia no usa móviles distintos a los nuestros. Ni los utilizan con más o menos frecuencia que el resto de países desarrollados. Si el número de tumores cerebrales ha permanecido estable (el único aumento ligerísimo es entre varones mayores de 70 años, los menos sospechosos de abusar de la tecnología) los móviles no son un factor.
Pero la Organización Mundial de la Salud dice que…
El estudio australiano llega en el mejor momento posible: hace años, presionada por la opinión pública -porque desde el punto de vista científico no había una sola prueba-, la OMS decidió incluir los campos electromagnéticos en su lista de cosas cancerígenas. En el Grupo 2B, “posiblemente cancerígeno para el ser humano”. Que es lo mismo que decir “esto a lo mejor puede que dé cáncer, pero habría que investigar más para saberlo”. Y este año revisan toda la información posible para ver si eliminan este elemento de la lista. Lo de Australia puede ser el remate a una montaña de evidencias exculpatoria.
Pero lo divertido es que, normalmente, las cosas en el grupo 2B muestran al menos algún indicio de que su uso o consumo puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer: las emisiones de los motores de gasolina o el café, por ejemplo, son sospechosos. Pero lo de los campos electromagnéticos nos maravilla, es la primera vez en la historia que se incluye en la lista la estupidez humanacomo "posiblemente cancerígena": acusar a Internet de dar cáncer sólo porque da miedo.
Y en contra de todo lo que sabemos, porque las radiaciones se dividen en dos: las que te matan y las que no. A las primeras las llamamos ionizantes, son capaces de penetrar en tu cuerpo y montar una rave en su interior, rompiendo cosas y causando mutaciones. Que en un altísimo porcentaje de ocasiones implican la muerte a corto, medio o largo plazo. ¿Ejemplos de radiaciones ionizantes: los rayos X; los rayos gamma; estar cerca de una explosión atómica; y la luz solar. Exacto: el sol da cáncer, pero por la parte alta del espectro.
Los campos electromagnéticos, por su parte, tienen un efecto demostrable y conocido sobre el cuerpo humano: calientan los tejidos. Pero no pueden penetrar tu cuerpo ni hacer nada más, son demasiado débiles. Es la razón por la que funciona un microondas -y sí, un microondas del tamaño de un frigorífico podría matarte. Pero no de cáncer-, por ejemplo. En el caso de un móvil, sus ondas ni siquiera producen un aumento detectable de calor en nuestro cuerpo. ¿Que te calientan la oreja o la cara? Pues claro, pero no es por las ondas, sino porque tienes un ordenador en miniatura sin ventiladores pegado a tu cuerpo.
Así que puedes estar tranquilo: los campos electromagnéticos y las radiofrecuencias no van a matarte de cáncer. De hecho, el mayor de todos los campos que conocemos evita que las radiaciones ionizantes del espacio exterior nos conviertan en criaturas posnucleares o cadáveres: el de la Tierra.
PD: Si tienes “hipersensibilidad electromagnética” quiero que tengas claro esto:todo el planeta está cubierto de un campo electromagnético gigante, tan poderoso que puede mantener a raya las radiaciones letales del espacio exterior. Vivas donde vivas. De nada
FUENTE https://www.revistagq.com/actualidad/articulos/moviles-wifi-no-provocan-cancer-1/23863
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