Este método de cultivo es en realidad toda una filosofía de vida que arranca en los años 30 del siglo XX con las enseñanzas del agrónomo japonés Masanobu Fukuoka. Dichas enseñanzas se popularizaron en Estados Unidos al publicarse en los años 60 su emblemática obra The One Straw Revolution. Una ciudadana del mundo nacida en Barcelona, Emilia Hazelip, estaba por aquellos tiempos en California y pudo conocer dicha obra y las ideas de otros autores que trabajaban en el campo de la permacultura.
Recogiendo todas estas corrientes dió forma y popularizó lo que vino en llamarse Agricultura Sinérgica. Es un nuevo concepto de entender la relación entre las plantas y el suelo y se separa tanto de la agricultura intensiva moderna como de la agricultura ecológica. La tierra y las plantas, en una simbiosis perfecta, colaboran entre sí para crear un suelo rico en el que resulta fácil su crecimiento.
Físicamente la horticultura sinérgica se basa en el uso de bancales de 120 cm de base y 50 cm de altura, quedando la anchura en la parte superior del bancal sobre los 80 cm. Ello permite trabajar con una tierra no compactada y bien ventilada.
La otra peculiaridad consiste en el cultivo combinado de plantas que se benefician entre sí. Al entenderse que son las propias plantas las que enriquecen y dan vida a la tierra, ésta no debe trabajarse ni abonarse, ya sea con abonos químicos u orgánicos.
Los cuatro principios fundamentales de la horticultura sinérgica son:
- No trabajar la tierra de manera mecánica. La raíces de las plantas, las lombrices y los microorganismos son los que deben trabajar la tierra.
- No utilizar abonos químicos, estiércol ni compost.
- No eliminar las malas hierbas pues cumplen un papel en el equilibrio del ecosistema.
- No utilizar pesticidas químicas, sólo naturales.
En todo bancal debe cultivarse, aparte del cultivo principal que nosotros queramos, una hilera de alguna leguminosa. El motivo es claro pues las leguminosas son conocidas por fijar el nitrógeno en el suelo.
También plantaremos unos ejemplares de caléndula que tienen reconocida capacidad para ahuyentar determinadas plagas.
Ajos, cebollas o cualquier otra planta del género Allium ayudará a sanear el ambiente por sus virtudes antibacterianas.
Las hierbas aromáticas se cultivarán en las partes externas del bancal para alejar a los insectos indeseables de la zona de cultivo.
Ya hemos dicho que no se deben eliminar las malas hierbas, excepto cuando su número pueda asfixiar el crecimiento del cultivo. Por ello es conveniente cubrir el bancal con algún tipo de acolchado. El riego debe realizarse con un sistema de goteo para procurar usar la menor cantidad de agua posible.
Una interesante opción para trabajar en nuestro huerto de una forma cómoda y fácil. Aunque ello hay que hacerlo con una excelente planificación para aprovechar al máximo las posibilidades que este sistema.
Comentarios