Además de tener un sabor deliciosos y particular que los vuelve un perfecto acompañamiento para muchas comidas, los espárragos son una planta con pocas calorías e hidratos de carbono, rica en vitamina B (que ayuda a la función cerebral y nerviosa), ácido fólico, betacaroteno y vitamina C, entre muchos otros nutrientes y beneficios.
Cultivarla en casa no es tan difícil como crees. Solo debes tener algo de paciencia, y podrás cosecharlos luego de un año. Como verás, ¡valdrá la pena!
Los espárragos son, en sí, un brote tierno de una planta que crece bajo tierra, donde se encuentra su tallo principal y sus raíces. Si los dejásemos crecer aun más, formarían tallos aéreos y producirían flores, frutos y semillas.
Los hay en diferentes colores y eso tiene que ver con los distintos grados de maduración: el color blanco es por la ausencia de luz bajo la tierra, pero se vuelven verdes cuando ya han crecido y se han cargado de clorofila.
Para cultivarlos necesitas un suelo arenoso y suelto, con un correcto drenaje, y un sitio con sol parcial o total. Además, son más propensos a crecer con comodidad en climas cálidos (aunque no en exceso).
Para tenerlos en tu casa, puedes plantarlos desde semillas o a partir de plántulas que puedes adquirir en un vivero local. Si escoges hacerlo con semillas, procura sembrarlas en primavera, en líneas, separadas entre sí por 25 centímetros aproximadamente. Cubre las semillas con tierra por encima y riega.
Pero sin dudas, ésta es la forma más lenta de verlos crecer. Puedes acelerar un poco más el proceso si plantas tus espárragos directamente desde plántulas.
Nota: evita cultivarlos donde antes haz cultivado zanahoria, remolacha o patatas. Por el contrario, en la huerta funciona bien con el cebollino y ajo, y el guisante y la judía.
Para transplantarlos es mejor la primavera. Se recomienda hacerlo a una profundidad de 20 centímetros; y, mientras crece, mantener el terreno libre de malas hierbas. Si piensas cultivarlos en tu jardín, mira aquí un truco sencillo, ecológico y económico que puedes aplicar para esto.
Riégalos normalmente, sin encharcar ya que podrías hacer que las raíces se pudran. También, puedes utilizar unabono de estiércol o humus de lombriz.
Podrás cosechar tus espárragos al año (en zonas cálidas) o a los dos años (en zonas más frías). Eso sí, debes consumirlos en pocos días porque se endurecen rápido.
Puedes incluirlos en una deliciosa tarta de espárragos y queso que aprenderás a hacer aquí.
¡Disfruta de su sabor y celebra el fruto de tu propia cosecha orgánica!
FUENTES:
la bioguia
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